Historia
¿Quién es Takashi Ochiai?
Takashi Ochiai nació en Nigatta, un pequeño pueblo de costa del noreste de Japón. Hijo de una familia dedicada al cultivo de arroz, con 15 años decide irse a Tokio y es allí donde pronto empieza a trabajar como pastelero. Elaborar dulces se convierte en su pasión y se traslada a Europa para formarse. El primer destino es Bélgica y luego Londres, donde empieza a trabajar en un restaurante y sigue estudiando. También conoce a su mujer, Carmen.
A principios de los 80 se trasladan a Barcelona y abren su propia pastelería. Un sueño hecho realidad. En sus inicios sólo elaboran dulces tradicionales catalanes pero, poco a poco, introducen ingredientes y recetas más orientales, junto con postres franceses.
Actualmente la pastelería Ochiai es una de las más reconocidas de la ciudad.
Takashi no quiere jubilarse, sólo lo hará cuando llegue a la perfección. No es un hito imposible, pero al menos es difícil.
Así pues, es necesario seguir trabajando.
Nuestra historia
28 de agosto de 1983
Inauguramos con la ayuda de toda la familia. Padres, hermanos e incluso primos, como el Tsuyoshi que vino expresamente de Japón, nos echan una mano. La antigua pastelería Aldomà se convierte en la nueva pastelería Ochiai.
Junio de 2008
Muchos años de trabajo. Nos hacemos un nombre en el barrio y también en la ciudad. Innovamos, probamos, arriesgamos y, lo mejor de todo, ¡es que parece que gusta! Queremos hacernos un poco mayores y por eso decidimos celebrar nuestro 25 aniversario ampliando la tienda. Ahora también tenemos una zona de degustación y cafetería.
Octubre de 2013
Llegan los reconocimientos. Ganamos el premio al Mejor Croissant Artesano de Mantequilla de España que otorga cada año la Escuela de Pastelería del Gremio de Barcelona. El croissant es una de nuestras especialidades. ¡Tenemos de mantequilla, pero también de muchos otros gustos e, incluso, algunos de ellos cambian según la época del año!
Octubre de 2014
Recibimos el Premio al Mejor Maestro Pastelero 2014 de manos del consejero Josep Maria Pelegrí. Es un galardón con mucho prestigio y estamos muy satisfechos. Nos anima a seguir trabajando, a realizar el trabajo bien hecho con la misma ilusión que el primer día que levantamos la persiana.
